Un entorno verde posiblemente reduzca el riesgo de enfermedad cardiovascular

Investigadores de la Universidad de Louisville, en los EE. UU., han estudiado recientemente la relación entre la vida rodeada de verde y el riesgo de enfermedad cardiovascular. Así han descubierto que las personas que viven en un entorno con plantas tienen menor riesgo de cardiopatía e ictus. 

 

En un estudio anterior ya se había visto que un entorno verde puede tener como consecuencia una mejor salud, pero aún no estaba aclarado del todo el mecanismo subyacente. Por eso, los investigadores del estudio actual han profundizado en los procesos que están detrás del fenómeno. La hipótesis de su investigación era que la vida en un entorno verde disminuye el riesgo de cardiovasculopatía porque reduce la activación del sistema nervioso simpático. 

 

Sistema nervioso simpático

Cuando realizamos una actividad física, el sistema nervioso simpático se encarga, entre otras cosas, de subir la frecuencia cardiaca, pero también es activado por el estrés. Por eso, según los investigadores, esto es una medida directa para la expresión de diferencias en los niveles de estrés (Yeager, 2018). El estrés tiene una relación con las enfermedades cardiovasculares demostrada hace tiempo.

 

Medir las catecolaminas

En el estudio participaron 408 personas con un riesgo de enfermedad cardiovascular entre moderado y grave. Se analizaron sus niveles hematológicos y úricos relevantes y otros biomarcadores de cardiovasculopatía, entre otros, las catecolaminas. Estas son compuestos químicos derivados del aminoácido tirosina que sirven como neurotransmisores u hormonas. Así, por ejemplo, se puede evaluar la actividad del sistema nervioso simpático mirando los niveles de adrenalina. 
El grado de verdor del entorno se midió por medio del llamado "índice de vegetación de diferencia normalizada obtenido por satélite" (satellite‐derived normalized difference vegetation index), un indicador gráfico de la espesura de la vegetación en un entorno dado, obtenido mediante imagen por satélite.

 

Menos estrés

Los investigadores descubrieron que los participantes que vivían en un entorno más verde presentaban niveles en orina más bajos de adrenalina y F2-isoprostano. Esto indica menos estrés oxidativo y menos activación del sistema nervioso simpático. Además, los participantes en cuyo entorno había más vegetación tenían más capacidad de angiogénesis (reparación de vasos sanguíneos).  
Al analizar los resultados se hicieron correcciones por edad, género, etnia, tabaquismo, vida en barrios pobres, uso de estatinas y vivienda junto a carreteras (contaminación del aire). 

 

Otros determinantes

Además del grado de vegetación del entorno, hay más factores ambientales que influyen en el riesgo cardiovascular. Por ejemplo, en un estudio anterior se vio que los ruidos fuertes también pueden afectar a nuestra salud. Así, investigadores de Boston descubrieron que la exposición a ruidos fuertes puede aumentar el riesgo de ataque al corazón e ictus mediante la activación del área del cerebro implicada en la respuesta de estrés, lo que puede provocar vasculitis (American Heart Association, 2018). 
Esto estudios profundizaban en factores ambientales, pero hay más determinantes para las cardiovasculopatías. La enfermedad es una interacción compleja entre los genes, la epigenética y el entorno que en muchos casos se puede favorecer con intervenciones de estilo de vida, como una dieta sana, ejercicio y suplementación. 
 

Fuentes

American Heart Association. (2018, 5 november). Chronic exposure to excess noise may increase risk for heart disease, stroke [Persbericht]. Geraadpleegd op 10 januari 2019, van https://medicalxpress.com/news/2018-11-chronic-exposure-excess-noise-heart.html

Yeager, R. A. Y. (2018, 5 december). Association Between Residential Greenness and Cardiovascular Disease Risk [Wetenschappelijk artikel]. Journal of the American Heart Association. 2018;7:e009117 https://doi.org/10.1161/JAHA.118.009117